Columna en ESG Hoy: Una mirada a las normativas IFRS S1 y S2 en el mes de la educación financiera

Por Carlos Barahona, socio de Auditoría de CCL Auditores Consultores.

En este mes de la educación financiera, me parece importante comentar los alcances y desafíos que traen consigo las nuevas normativas IFRS S1 y S2, que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2024, relacionadas a las divulgaciones de sostenibilidad y clima en los mercados de capitales a nivel global.

Partamos desde el principio: ¿Qué es la normativa IFRS S1 y S2?

Dichas normativas, emitidas por el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB, por sus siglas en inglés) -siendo el segundo consejo de la Fundación IFRS-, proporcionan un conjunto de requisitos de divulgación diseñados para permitir que las empresas comuniquen a los inversores los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad a los que se enfrentan a corto, medio y largo plazo, como, asimismo, establecen las revelaciones específicas relacionadas con el clima.

Si bien existían múltiples marcos normativos relacionados a sustentabilidad y al clima, era necesario crear un marco normativo único y de aceptación global, que permita uniformar los reportes de información no financiera al mercado, inversores, reguladores y demás interesados.

Es importante señalar, que una entidad puede aplicar estas Normas de Divulgación de Sostenibilidad, independientemente de que sus estados financieros se preparan de conformidad con IFRS o NIIF u otros principios de contabilidad (GAAP).

A nuestro juicio, el principal desafío que enfrentarán las entidades que apliquen estas normas, además de dar cumplimientos a los requisitos específicos que estas establecen, es lograr una conexión entre la información revelada, en particular por cada riesgo y oportunidad significativa de sostenibilidad identificada, donde se debiera revelar cómo impactan en sus estados financieros. Por ejemplo, si la entidad debe realizar una renovación significativa de su planta productiva, incorporando tecnología menos contaminante, se debiera revelar cómo esto impacta en sus activos actuales, vidas útiles vigentes, costos de desmantelamiento, evaluación de deterioro, entre otros.

Por último, es necesario que las administraciones de las entidades que adoptarán estas normas, realicen un diagnóstico de su capacidad para dar respuesta a los requerimientos de información establecidos en las mismas y determinar cuáles son los principales impactos en sus reportes financieros, entendiendo que esta tarea no es de responsabilidad exclusiva de la gerencia de Contabilidad y Finanzas, sino debe ser un trabajo interdisciplinario de sus diferentes áreas, a fin de dar información relevante, oportuna y clara a sus stakeholders y mercado en general.

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