En el texto final Hacienda explicita algo que no estaba en los borradores anteriores y es que se focalizará “los aumentos de impuestos a las rentas personales provenientes del capital, así como en los contribuyentes de mayores ingresos”. En enero se enviarían cuatro proyectos y en marzo otros tres.
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“Este documento está siendo distribuido entre los presidentes de los partidos políticos, a los liderazgos empresariales, de trabajadores que participaron en estas instancias previas, a los integrantes de la comisión presidida por Manuel Marfán, pero sobre todo lo que nos interesa que lo conozcan los partidos políticos, que lo evalúen e idealmente puedan concurrir a suscribir este pacto”. Con esas palabras abrió la conferencia de prensa realizada este miércoles por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, donde se entregó el documento final del pacto fiscal.
Acompañado por la ministra de Interior Carolina Tohá, de Trabajo Jeannette Jara, de Economía Nicolás Grau, y de la Mujer Antonio Orellana, el titular de Hacienda detalló que “los temas del pacto están distribuidos en seis áreas. Primero las áreas prioritarias de recursos orientados a la ciudadanía. Hay un conjunto de 36 medidas de impulso al crecimiento, donde destaca la agilización de permisos a inversiones, la reducción de la informalidad, la diversificación productiva, y desarrollo de la infraestructura”.
“En los temas de reforma del Estado, hay propuestas que tienen que ver con mayor eficiencia, transparencia y calidad de servicio, y hay 12 propuesta distribuidas en esos tres temas” dijo el titular de la cartera sobre el pacto fiscal.
Respecto del área tributaria, en tanto, detalló que hay un conjunto de 30 propuestas “sobre mejoramiento y aumento del cumplimiento tributario, algunas de ellas tienen que ver con simplificar los mecanismos de comunicación entre los entes fiscalizadores y contribuyentes, educación y apoyo a contribuyentes, mejora y fortalecimiento de la fiscalización, y el cierre de beneficios a través de los cuales se utilizan para evadir impuestos”.
Marcel, eso sí, acotó que en el ámbito tributario “hay una diferencia importante respecto de los otros que acabo de mencionar, porque en lugar de recoger consensos de la mesa, más bien son compromisos que unilateralmente asume el gobierno en términos de lineamientos, objetivos y prioridades”.
En este punto, el documento final menciona que se concentrarán las modificaciones de gravámenes a los impuestos a la renta, tanto corporativa y personal. “El gobierno no insistirá, en consecuencia, en las propuestas sobre impuesto al patrimonio y tasa sobre el stock de utilidades retenidas, sin embargo, se podrán incluir otras medidas que aporten a la progresividad y mejor distribución del ingreso”, señala el texto.
Asimismo, se establece que se reducirá la tasa general del impuesto de primera categoría, acortando la brecha con la mediana de los países de la OCDE, asegurando con ello la competitividad de las empresas y su capacidad para generar empleos. Así, se especifica que “la tasa marginal máxima combinada de tributación al capital también se reducirá respecto de la actual. Esta rebaja será compensada con tributación de rentas personales sobre ingresos del capital y de las rentas más altas”.
En ese sentido, se explicita algo que no estaba en los borradores anteriores y es que se focalizará “los aumentos de impuestos a las rentas personales provenientes del capital, así como en los contribuyentes de mayores ingresos”.
¿A qué se refiere con eso? Los expertos tributarios afirman que se aplicará una fórmula similar a la que contenía el proyecto original y que fue rechazado en la sala de la Cámara de Diputados.
Pero ese artículo fue aprobado en la Comisión de Hacienda en ese entonces. Según lo que se señaló en ese momento ese impuesto está en el marco del sistema dual. Este impuesto lo que busca es gravar a las rentas del capital de los contribuyentes que aplica sobre los impuestos finales, propietarios de empresas por los retiros, remesas o distribuciones que reciban. Por ello, según los expertos ahora se buscará replicar esa fórmula estableciendo el sistema dual. En ese proyecto se aplicaba una tasa de 22%.
Javier Jaque, socio Líder de CCL Auditores Consultores, añade que “parece razonable aplicar un mayor impuesto a las rentas de capital más que las del trabajo. Es de una alta complejidad para aplicar una tasa distinta a los ingresos que se obtengan por la venta de acciones, dividendos, arriendos entre otros”.